José A. Núñez Caba

Las nubes mueren y lloran a solas

Las nubes lloran a solas

porque las aves dejaron su vuelo,

en cada gota desnudan su anhelo

para seducir a las palomas,

águilas, garzas y gaviotas;

anhelo y hambre de ver piruetas

como las de Juan Salvador Gaviota.

 

Las nubes van vestidas de gris.

Con la punta de un rayo fulguroso

en la tierra esculpen su sufrir.

Crepitan, crepitan los truenos y relámpagos

como el chapoteo de las gotas en los charcos.

 

Cuando el sol con su albura eterna

les derrite la piel blanca y tersa,

las aves salen a hacer sus bellas piruetas.

Las nubes mueren a solas con tristeza.