Las nubes lloran a solas
porque las aves dejaron su vuelo,
en cada gota desnudan su anhelo
para seducir a las palomas,
águilas, garzas y gaviotas;
anhelo y hambre de ver piruetas
como las de Juan Salvador Gaviota.
Las nubes van vestidas de gris.
Con la punta de un rayo fulguroso
en la tierra esculpen su sufrir.
Crepitan, crepitan los truenos y relámpagos
como el chapoteo de las gotas en los charcos.
Cuando el sol con su albura eterna
les derrite la piel blanca y tersa,
las aves salen a hacer sus bellas piruetas.
Las nubes mueren a solas con tristeza.