Que duro fue superar tu traición,
te creí mi salvación y solo fuiste triste perdición,
porque te di la semilla germinada y entregaste el fruto podrido de mentiras,
mentiras que calaron como puñaladas que no sanaran,
la herida y el dolor son hondas como el querer que siento por ti y que hoy se cae a pedazos.
Y los ríos con la intermitencia de la perfección volverán a crecer,
a desbordarse y a causar daño,
porque el error y las disculpas fueron aceptadas ,
pero la lección no fue aprendida ,
porque eras agua pura en el desierto y hoy veneno en el amargo de mi desconcierto.