Se reciclan en mi vida los deseos de amar
Cuando cada día recibo de ti un “te quiero”
Que estremece mi piel, que acaricia el tiempo
Que permanecemos unidos por los largos hilos
De un sentimiento que crece a diario, aún distantes.
Sensaciones diversas, dulces alegorías
Que desfilan alegres por las rutas del alma
Y que se dirigen consolidando pasos
A un gran sentimiento que tú y yo queremos.
Pongo música entonces a esos “te quiero”
Y son como el sonido de mil campanitas
Arrullando los vientos que hasta mí me trae
El musical sonido de tu voz que venero.
Y en mis fantasías pintamos arcoiris
Con los matices vivos de palabras de afecto.
Que hacen de esto que tú y yo tenemos
Diáfano, limpio, puro como luz de alborada.
Fresco como el agüita clara
Que me calma la sed de amor que reseca mi vida
Y que apaga la ansiedad de amar que me devora