Déjame que te diga,
después de mirarte en silencio,
palabras sin alas
-sin peso-
Palabras, sin rima,
sin ese calor interno,
que a veces despierta en tus labios
un beso.
Palabras… sólo palabras,
que te indiquen mis huellas, sin ecos,
y descubran mi vida escondida:
Soy… eso.
A veces me canso y paro
y contemplo, sin frutos, mi tiempo.
Después prosigo mi vida
y espero.
Y llega la noche, sin luces,
sin ruidos. Tengo miedo
y mis ojos buscan, ansiosos,
el cielo.
Déjame que te diga…
después de mirarte en silencio
y te centre en mi vida sencilla:
te quiero.