No he visto un sol tan peligroso como tu mirada.
Fui tu lluvia, fui tu tierra.
En el único confín, un crepúsculo me drogaba.
Una ola rompió contra mi voluntad.
Un sorbo de mi boca
se deshizo en la urgencia de tus piernas.
Entonces morí, morí en ti, y todo me supo a vida.