***Alfombras que son Manifestación***
De aserrín de colores, colmadas de flores,
así son las alfombras que acompaña al
Redentor desde su pasión hasta su resurrección.
Son como una extensión de este jardín perpetuo
donde la mano de Dios ha cultivado sus campos,
montañas y ha bebido de sus aguas…
En ellas se mesclan en perfecta conjunción el arte
y la devoción, la fe con la tradición pues son una
manifestación de ese amor que se lleva en el corazón.
Son manos que expelen arte y entrega las que las diseñan,
en Antigua Guatemala la Jerusalén del nuevo mundo,
en ciudad de Guatemala la capital de la fe y la devoción,
en Xela la tierra donde nació la fe de la abuela,
y hasta el último rincón de esta tierra…
Alguien pregunta: ¿Cómo puede ser que tantas personas
junten sus voluntades y trabajen con un mismo corazón?
¿Cómo puede ser que el arte y la devoción encuentren en
esta expresión esa comunión que se vuelve la oración
de esta tierra?
La voz del silencio responde:
Solo quien la ha vivido puede explicar esa experiencia
mística y espiritual de la presencia de Dios en las calles
de Guatemala caminando sobre las alfombras de aserrín
y de flores, experimentando el aroma del corozo en medio
de nubes de incienso…
Porque la fe trasciende la emoción, retumba en el corazón
y nos viste de penitentes para salir a evangelizar y a mostrar que
la fe, la devoción y el amor se viven en esta tierra a flor de piel.
Oxwell L’bu