Vagaba en un triste anhelo,
tragándome todo este sentimiento
Ahogada en un vicio vil y enfermizo,
llegando a la obsesión.
Sólo gané heridas que nunca sanaron,
quedaron mil cicatrices
Hoy soy inmune al amor,
al dolor y tristezas que este implica.
Ahora fuerte soy y no existe
quien lastime este corazón.
Mi armadura esta hecha de rencor,
resignación, malos recuerdos.
Ni espadas de ilusiones y sueños,
ni cupido con flechas podrán entrar.
Gracias por robarte mi entusiasmo,
mi inspiración y mi fe;
gracias a ti ya no puedo escribir,
mis hojas quedarán tranquilas.
Ya no hay nada que pueda yo sentir,
soy solo metal, reluciente y frío.
Por ti he conocido dos grandes amigas:
lágrimas y soledad.
Aprendo a vivir así,
en la compañía de mi sombra,
Ella está siempre ahí,
escuchándome sin decir una sola palabra,
Ayudándome a entender que
nunca volverás y que todo fue en vano,
que el amor que te di se lo llevó
el viento, como hoja en otoño,
Y se ocultó con el sol sin regresar jamás.
Por ti soy un fantasma, rondando un
cruel anhelo de lo que nunca será.