Amable, suave, rítmica y constante
la lluvia sobre el tejado,
como lágrimas de duelo
como amante con tiempo,
se deja caer desde el cielo.
Enamorada crónica del firmamento,
cae y llora en sus desvelos
y al dar en suelo,
estalla en mil perlas de sueños.
Las rosas la esperan,
los claveles la rechazan,
y a la luz de la centella que pasa,
la reja, la muerte muestra
sus puntas de lanza.
Lejana quietud a la distancia
rotura indigna del trueno arrogante,
mi lecho vació sin sueños ni amante.
El ave que canta su postrero trino
mojado y herido, lejano del nido,
a mi pórtico ha venido,
ha dejar su ultimo suspiro.
Nostalgia vestida
con ropa de melancólico drama,
mojada mi alma, rayo a la distancia,
tú nombre me trae
en el eco profundo de una perdida esperanza.
La tristeza en mi mente baila, su danza de pétalos muertos del nunca jamás.
L MONT.