Escondo en mi alma noble
un dolor que no termina,
no importa que no lo nombre
siempre viene y me lastima.
Yo trato de no pensarlo
pero en mi mente él aflora,
y aunque trate de apartarlo
el regresa a toda hora.
Se que no todo es eterno
mucho menos la tristeza,
le diré adios a este infierno
con valor y fortaleza.
He visto morir un hombre
lentamente y sin apuro,
sin que su agonia le asombre
pues el descanso es seguro.
Su cuerpo son los reflejos
de aquella que no perdona,
que todos miran de lejos
por no ser buena anfitriona.
Del pecho escapa un suspiro
llegando el amanecer,
¿Será el aire que respiro
al estar pensando en él?
Mi amor es agua florida
que emana de un rio crecido,
siempre estarás en mi vida
¡Porque asi Dios lo ha querido!
María B Núñez