La unión de dos almas bajo cantos de aleluya,/ está por producirse en este día./ Cruzando el cielo llegará la tuya,/ huyendo del infierno llegará la mía.
Ambos deberíamos estar presos,/ de nuestra libertad no ser dueños,/ yo por robarme tus besos,/ tú por robarte mis sueños.
La canción de lo que estábamos viviendo,/ cuya letra me estabas dedicando,/ aunque me la cantaste sonriendo/ sé que la escribiste llorando.
Los amores que parecen eternos/ terminan perdiendo su encanto./ Unos por nunca vernos/ y otros por vernos tanto.
No le ruegues al amor que se fue,/ si acaso por retenerlo te humillas./ Mejor déjalo ir de pie/ y que vuelva de rodillas.
Un arco iris me recuerda a mis amores,/ al verlo me entristezco o me alegro,/ puedo sonreír en mil colores/ o llorar en blanco y negro.
¿Recuerdos locos entre tú y yo? Hay algunos./ Y también muchos recuerdos bellos./ Tú me amaste por algunos,/ yo te amé por todos ellos.
A quien no puede caminar ya entendí,/ aunque ese no sea mi caso,/ cuando quise caminar sin ti.../ y no pude dar ni un paso.
La pasión que se va borra sonrisas/ y lágrimas tristes ruedan/ y en el fuego en que debían quedar cenizas,/ ya ni las cenizas quedan.
Te hablaré de soñar, de querer, de vivir,/ tú me hablarás de huir y olvidar./ Yo tal vez te haga sonreír,/ tú segurísimo me verás llorar.
Me preocupa esta soledad en mí,/ tanta ausencia que me das,/ que de tanto no saber de ti,/ ya no quiera saber más.
Siendo ajena deseándote viví/ y por ser pecado contuve mi pasión./ Ahora pienso en Dios y pienso en ti./ ¿A quién le pido perdón?
La vida es tribunal sin esperanza/ donde no puedes apelar sentencia./ Por odiarme puedes alegar venganza,/ por amarme… sólo demencia.
La vida con los años me ha cambiado/ y hoy es una ironía pensar,/ que de tanto temerle al pecado/ no pueda vivir sin pecar.
Tus libros se cuentan por miles/ y el mío donde hablo de mi pasión,/ está entre tus libros infantiles/ o con los de ciencia ficción.