Hoy no te quiero cantar,
ni hablarte del pasado.
Tan sólo yo quiero estar
muy junto a ti… a tu lado
para decirte mil cosas,
que jamás has escuchado,
palabras llenas de amor,
como frutas de verano,
que rebosan su sabor
dulce, tierno, delicado.
Quiero decirte al oído
lo que tus ojos no leen…
son las letras de mí mismo,
que se juntan y se crecen
sin importar lo que digo
o lo que callo a veces.
Es la magia del contacto
de dos almas que se anhelan,
es el preludio del acto,
que se escribe en nuestra escena,
donde los dos, sin mirarnos,
sabemos que estamos cerca.
Palabras dulces y tiernas…
Hoy no te diré que te quiero.
Te lo he grabado en tus venas.