Difícil en tránsito en tu piel.
Difícil el tácito brindis del roce, el fuego.
Pero están mis palabras
que trascienden tiempos y épocas.
Tú, mi primer amor:
Tan plena de leche, tan escasa de miel.
Con otras me uno, contigo me separo,
cada día más
desde la luz del vientre.
Acepta mi ida y ámame.
Como puedas amarme, ámame.
Desea mi vuelta, sin desear nada.
Entrégame tu ofrenda, tu voz y tu sangre.
Séllame en tu memoria para siempre.