Busque palabra encendida en la roca
y el trino del cariño, espigada silueta
cuajada sobre un tropo al clamor del viento
y el silente suplicio de tu amor en vano.
Hoy sin plumaje mi pasión anhelante,
es imagen que camina en mis retinas furtiva
se rompe en derredor como una ola esquiva
mojando eternamente la distancia
Divago solitario en el vientre de tu risa
y recorro el tiempo deshojando margaritas,
mas no quiero seguir, ni que me digan
que llenaré mis días con su ausencia ignota.
Removeré mi espíritu insurgente
de pie como los viejos guerrilleros
que aunque por dentro estén heridos
jamás caen hasta llegar la muerte.
Patíbulo imprevisto es la cara de la vida
¿Acaso sin cariño, nadie puede vivirla?
Y es que tengo el “te quiero”
ahogado en la garganta
¿Cómo he de adorarte si el cielo se me escapa?
Retrataré el sol sentado en tu mirada
y como él estaré algún día en tu estancia.