Tú llegaste en el momento
que más lo necesitaba,
me quitaste el tormento,
que mi vida marchitaba.
Con tus ojitos divinos,
alumbraste mi sendero,
me miras tan cariñoso,
por eso mismo ¡te quiero!
Como a mi vida llegaste,
de esa forma singular,
es así que tú has logrado,
que no te pueda olvidar.