Pegaso poeta

Golfo de California y El Pinacate

Perseguimos el sueño

de navegar a San Lorenzo

y no encontramos

con San Goloteo

 

Llegamos a Tiburón

con calamar gigante

en noche de luna llena

y arena ardiente

 

Encontramos

esqueleto cetáceo

lleno de bichos

y vertebras sueltas

 

Atrevimos navegar

San Esteban con sus habitantes

leones marinos juguetones

el sotavento nos agitaba

 

Con desengaño apresurado

regresamos a costa conocida

a bordo de la lancha

llegamos a puerta misma del hotel

 

El desierto ardiente

nos recibió con bochorno

el Elegante recorrimos

y medimos nuestra sed

 

El Tecolote y el Mayo

desafiaron nuestra ansia

de trepar cerros

sin importar temperatura

 

Pero el infierno visitamos

al fondo del Colorado

con hornaso ardiendo

bajo nuestros pies

 

El Pinacate se escapó

por distancia lejana

cuyo límite rebasó

nuestra capacidad diurna

 

En Morua navegamos

al ritmo de mareas

que en kayaks

despertaron nuestros brazos

 

Zenaida nos mostró

su orgullo femenino

de ostiones criar

con enorme capacidad

 

Y llegamos al Faro

con sucesivas impresiones

de ánimos capturados

buscando perdurar

 

En la alegría mutua

gozamos el momento

con nostalgia reconocimos

el inminente final.