Si Dios fuera hombre
amaría con todo su ser lloraría en las noches quietas viendo una estrella pediría un deseo cantaría con el arcoíris el milagro de la esperanza abriría los ojos de su alma excitado ante la belleza de una mujer su cuerpo de hombre Saborearía la carne fresca sus manos presurosas acariciarían los pechos ardientes se le quemarían las venas y las llagas de la piel arderían se emborracharía con buen vino por el placer prohibido
de una noche