UNA CARTA PARA TI
Te estoy escribiendo esta carta a media noche, ahora que los grillos se han marchado con su música a otra parte. La carta dice que he sobrevivido a los fantasmas de la guerra pero no creo que viva sin tus lindos recuerdos hasta que el tren regrese del largo viaje.
Te pido que no mire a la ventana donde escuchaste por primera vez los fusiles quebrar los cristales de mi alma, porque no quiero que ahogues tus ojos de lágrimas.
Tampoco que no salgas descalza si tienes que huir de los francotiradores apostados en las calles, porque en ellas hay cartuchos de pólvoras y vidrios de las bombas molotov.
No olvides abrigarte cuando salgas a hurtadillas del escondite de los sueños, porque no sabes si al regreso la calle donde vives ya no exista.
Me gustaría que escribieras mi nombre sobre el tuyo, y soltaras el globo en dirección al mar por si de pronto a nuestra estrella le cortan los caminos, y no alcanza a llegar a su destino.
Déjame decirte que aquí en este refugio siento pasos de animal grande, y tengo miedo que en el próximo verano ya no pueda verte.
No dejo de pensar cuando los grillos regresen de la fiesta, y ellos me cuenten que la calle donde armamos los sueños de cambiar el mundo ya no este.
A lo mejor en ese momento enterraré mis tristezas en el mar, y viajaré con mis pensamientos al otro lado del mundo donde la paz sea el silencio de los sueños eternos.
Si miras más allá de la ventana y ves que los que mueren no tienen los ojos cerrados, es porque te están protegiendo a través de los cristales del tiempo, hasta que logres soñar al lado mío para siempre.
Si miras también los edificios en llamas y las tropas disparando a los que no llevan puestas las camisas, no te deprimas, aprietas los dientes y amárrate los cordones porque no queda otra alternativa que enfrentarlos.
No debes cerrar los ojos y esperar que toquen en su puerta, las llaves de la libertad la tenemos todos en los sueños y en el canto mañanero del turpial.
Yo estoy aquí alistando el barco de los sueños, tengo los remos y la mochila lista para ganarle tiempo al tiempo, y no esperar que las espadas toquen a mi puerta y me conviertan los sueños de libertad en oscuras pesadillas.
He llamado a mis vecinos, algunos me están esperando en el río con los ojos brillantes de alegrías, otros se quedaron en las casas con los temores prendidos en sus ojos.
Esta carta la estoy escribiendo antes de empezar el viaje, escucho el tren llegar y los marineros montar en las canoas de vientos rumbo al mar.
Te imagino cabalgar sobre los campos sobre un potro salvaje, y cientos de hombres sin camisa gritar a tu lado la palabra libertad.
Te imagino cruzando los ríos y los campos y desde allí volar entre los vientos liberando a los que no tienen voz, a los que no tienen arroz en su alacena.
Si algo me pasa, no dejes de volar entre los vientos que yo en algún lugar del mundo cuidaré por ti. Si le disparan a los vientos donde tú viajas, amasaré los tuyos en los míos y construiré grandes albercas de sueños donde viviremos hasta que el mundo cambie.
Ya estamos todos en las canoas de vientos, el mar está tranquilo, nuestros remos tienen prisa. A mi carta le ha caído agua, los hombres de aquí y allá no me dan tiempo de seguir escribiendo, la lucha ya empezó, tengo que dejarte.