Ahora las nubes se abren
Al igual que mis pulmones se expanden.
Con la luz del crepúsculo,
La melancolía y la nostalgia nacen,
Impregnando de dulzura y embeleso todo sentimiento.
Con suaves plumas se dibujan los sueños
En firmes pinceladas que enardecen el centro,
Y las flores de azahar del jardín
Es dulce aroma que llevo dentro.
Ahora, susurros de calidez
Recorren el terciopelo de mi piel,
Que reposando de su quehacer,
Siente tus manos hacer.
Sin premura y mucha ternura,
Mi cuerpo transciende, se eleva y vuela,
Con alas cubiertas de purpurina de amor,
Irradiando fulgor,
Estrella fugaz en otro firmamento.
MARTA DORESTE