Ningún idioma hace milagros,
ni crea amor donde hay distancia.
De las palabras no brotan alas;
tan solo la estela de un pájaro que se marcha.
Perdóname si alguna vez lloré por ti:
no quise ser tan lastimero.
Las lágrimas dicen todavía menos.
Se llora por banalidades, se ríe por compromiso.
El lenguaje del alma se ha convertido en espectáculo.
Solo sé que, contigo, no necesitaría un solo verso.
Es mejor ser un hombre alegre que un poeta triste.
Mas de la poesía prescindir no se puede,
cuando hasta los latidos solitarios parecen.
El silencio te llama, el vacío se agranda.
Sé que no estás al otro lado del muro que,
en vano, tratan de derribar mis versos.
Sé que cada paso que das te aleja de mí.
Nuestro futuro es una sombra,
una mancha nuestro pasado.
Ahora es cuando debiera
despedirme de ti, junto al poema.
No sé cómo hacerlo.
No puedo asegurar, aunque quisiera,
que estos son los últimos versos.