Lo divertido, al comienzo, no da vergüenza.
En noche, corrí,
Sin mirar corrí,
Escuchando los llantos de un bebé,
No aguanté y huí,
En completa lluvia,
Me cansé, y la luna me alumbró,
En noche de locura,
Y en un cuento breve,
En noche, corrí,
Cansé, con mi perro, recorrí,
La media Puna embrujada,
Y borracha, me mojé,
No aguanté los pies,
Y esos ojos me pesaban,
Con su perro me senté,
Bajo un árbol me dormí,
Con susto,
De los dedos sudaba,
Con susto,
Los gritos infernales,
Lloraba abrazado al can,
Me abrigó cual mar desconocido,
Dormí plácido,
Y pasó mi pesadilla.
JARS (CC)