Y después de amar,
su presencia en mi,
es sólo un susurro.
Es un palpitar entre mis piernas,
es un hormigueo sobre mis labios
y un sudor que ha bañado mi piel.
Es un sueño que desea nuevamente ser vivido
es un silencio profundo que envuelve
es una soledad que aniquila.
Es una esperanza inmortal
de volver a ser grito, volver a amar
y después, en mi almohada escuchar
este mismo susurro.