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Hoy desperté tan sola,
más de lo que merecía...
‘entraña de inmensidad’
revuelta y sin valía.
Miré al espejo y lloré
por las lunas que me ardían...
Mas la ventana, pérfida,
se abrió a la luz del día,
'sin permiso', 'ni simpatía';
- ¡Dolorosa alevosía!
Y yo que todo lo entendía
de las rutas de la astrología...
entre conjuros que no se presentían;
bailé sola, sin mis astros,
ebria, helada y ‘vacía’…
'Protestando ante el martirio
de la noche que moría'.
Miré al espejo y grité
Gritos que no me absolvían.
Y la sombra de tus lunas
Desnudaban mi alma ‘hería’.
¡Hay ‘amor-dolor’!, mi amor...
Con suspiros de ‘saudades’:
Mácula de no tenerte siempre;
y el no tenerte, ¡huella de maldades!
-¿Porque ‘el siempre’
no se acaba, y con ‘él’ esta agonía?
¡Tanto torpor! ¡Licor de melancolía!
-“Por qué no nos pertenece en nada;
y nada es lo que nos cabe en estos días”;
'siempre' que no es todavía...
Entre el rocío y los faros, elevo la faz:
No tengo paz… ¡no puedo más?
Y como a un vicio busco tu aroma;
Ante la aurora 'detenía'...
-Por que desperté tan sola,
¿más de lo que merecía…?
creo, será por siempre;
'un siempre’ por todos los días...
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