Se escucha a lo lejos una linda canción,
que habla de alguna historia de amor,
incita al recuerdo o al intruso dolor,
estremeciendo a mi pobre corazón.
Tu te encuentras silenciosa a mi lado,
quizá, pensando... ¡qué bonito es amar!,
mientras la quietud nocturna me hace recordar,
que en verdad, de ti estoy enamorado.
Al percibir la sonrisa en tus labios,
me hace imaginar tus secretos pensamientos,
yo dejo motivarme en mis sentimientos
y sigo atento, escuchando aquella canción.
Qué momentos inolvidables podemos vivir,
al dejar en su cause el torrente soñador,
recorriendo ansiosos los motivos del amor,
y despojándonos del egoísmo al compartir.
De pronto siento de tus manos su tibieza,
que acercándolas suaves a mi fría mejilla,
no te inmutas ante tan bella osadía,
más bien irradias sentimientos de princesa.
Aquella canción escuchada en la lejanía,
va agotando lentamente su postrer nota,
que como un soneto romántico de pronto brota,
dejando tras de sí un impulso a la fantasía.
Qué fácil se puede ser inmensamente dichoso
en la simplicidad de un amor sin barreras,
bastas tu, yo, un instante y una quimera,
rubricándolo con un beso suave y delicioso.