Hubo una vez una ilusión
que se hizo añicos con el tiempo
fueron aquellos bellos momentos
donde se oía al corazón.
Los pesares no se conocían
uno confiaba en el futuro
lo veía fuerte y seguro
soñaba no había utopías.
Creía sólo había bondad
vivía siempre en alegría
por cualquier cosa se sonreía
y se cultivaba la amistad.
El error fue seguir creciendo
y conocer después la maldad
encontrarse con la realidad
que nos estuvieron mintiendo.
Quien pudiera ser aún un niño,
mantener aquella inocencia
que guardaba nuestra conciencia,
y mirar a todos con cariño.