Quisiera no tener el alma enferma
de tanto sufrimiento y tanto lloro
Quisiera que en la paz me duerma
y ser feliz es lo que añoro
No quisiera escribir poemas tristes
porque hiere la pupila de quien lee
Pero cómo no escribir poemas tristes,
si es el corazón el que me duele
Este dolor ando cargando
desde el mismo instante que te fuiste,
porque fuí la que te quiso tanto
no encuentro alivio a mi quebranto
Al Dios supremo su piedad yo imploro
que llegue la serenidad para mi alma,
que vierta sobre mi la azulada agua,
de un manantial de apacible calma
¡Sólo así se acallará mi lloro!
Felina