Armando G.

Señora, usted me asusta

No sé como fue, ni cómo pude. No hace mucho me dijeron: "Señora, usted me asusta" y no soy más que una hierba salvaje creciendo en el desierto, a merced de la intemperie.

 

“Señora usted me asusta”
 con tanta fuerza en su exterior,
tan débil en el amor.
 
Señora usted es como la margarita amarilla
crece silvestre entre la arboleda
a la vera del camino
entre huertos y frutales
se eleva muy poco del suelo
 al amanecer enfrenta el frio de la pampa
 escondida en la maleza,
echa raíces entre piedras y agreste tierra
pero al medio dia una vez el sol alumbra,
deslumbra a todos con la belleza
de sus pequeñas flores amarillas
perdidas entre las piedras,
sabe señora muy cerca del corazón
llevo un amuleto para la suerte y el amor
hecho de la vaina de esta flor.
 
Señora usted es fuerte como el caldén,
armada de espinas atemoriza
a quien se acerca,
se impone con su presencia,
pero una vez a su lado
cobija con su sombra protectora,
alimenta con sus frutos.
 
Señora usted es amor
usted vive para el amor
en cada frase, en cada palabra,
en cada susurro de su voz,
usted necesita del amor
como la abeja de la flor,
imagina desconocer de la miel el sabor.
 
Mi señora usted necesita del amor
como necesita del aire para respirar,
no se permita no amar,
abra su corazón, entréguese, déjese llevar
 por las palabras que el viento lleva hasta usted,
solo viva para amar
viva por el amor,
usted señora es amor.