Andrés Mª

¡CUÁNTO TIEMPO ESTUVE SEDIENTO!

Hoy remuevo las brasas del fuego,

que ha encendido tu luz en mi alma

y mis dedos escriben de nuevo

el poema que empieza y no acaba.

Hoy recorro tu piel en deseos

y el calor de tu sed me reclama…

¡cuánto tiempo estuve sediento,

sin saber que tú eras el agua!

Manantial que refrescas mis días

con cristales que brillan y cantan,

donde guardas secretos –reliquias-

que el silencio los besa y abraza.

En la paz de mi cuarto escondido,

cuando todas las luces se apagan,

 enciendo el farol de mis suspiros,

para así alumbrarte tu cara.

Hoy remuevo las brasas del fuego

abrazado fuerte a la esperanza,

donde espero… espero…y espero…

tus caricias, suspiros… tus ansias.