No pude decir al viento
mi secreto más preciado,
no he dicho lo que siento,
mi trabajo me ha costado.
No pude hablar sobre ti
a mis más fiel confidente,
no pude decir que te vi
y fue todo diferente.
No pude saludarte
cuando tendiste la mano,
ni pude voltear a verte;
todo lo que hiciste fue en vano.
No pude aceptar ser tu amiga
cuando me lo preguntaron;
no quiero que el tiempo traiga
complicaciones a quienes captaron.
No pude darte un beso de despedida
al final de aquel largo día que compartimos,
después de lo que vivimos
con tantos amigos y alegría desmedida.
No pude conversar contigo
ni por cartas ni en persona,
la luna misma es testigo
de que nadie impresiona.
No pude hacer muchas cosas
tal vez por miedo a errar,
aunque me dijeron unas personas
que nunca deje de intentar.
En efecto, no pude pronunciar tu nombre
cuando me preguntaron sobre el hombre
que había ocupado el lugar
de quien tanto yo había querido.