Anoche,
me atrapó el sueño
vistiendo sudor y deseo,
cubriendo al fin, de lujuria
la que fuera mi alma infantil.
Anoche,
abrigué mi soledad con tu cuerpo
apagué con mi propia humedad
el fuego
que me impulsa a entregarme a ti.
Anoche,
dejé de lado la ternura,
oculté la inocencia injusta
y liberé el instinto en mi ser.
Anoche,
no fui profesionista,
no fui madre, no fui hija
sólo me permití ser una mujer completa para ti.