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Estaba la oscuridad reinante,
En una noche sin comienzo y sin final,
La luz parecía no existir.
Mis ojos cegados no me permitían ver,
No comprendía lo que ocurría a mí alrededor,
Siempre pensé que algún día él vendría a rescatarme,
Y aun así la noche seguía y nadie venia por mi.
Las voces desesperadas gritaban mi nombre
A lo lejos las escuchaba,
Quise ver
Era imposible ante tanta confusión,
Pero sentí aquel latir que era mi salvación, el fin de la larga tortura.
Y fue en ese momento cuando mi vida dio un vuelco,
El dulce latir de aquel corazón perdido,
Encendió el mío,
Volviéndose irremediablemente dependiente de aquel otro.
Y así fue como empecé a amar,
La oscuridad se perdió totalmente,
La luz permaneció en mi camino
Y sin darme cuenta mí sino cobro vida otra vez
No logro imaginar aquellas tristes noches
Noches eternas en donde espere
Y espere pero él nunca llegó
Pero aún así la espera
Algo significo
Pues mi destino real se mostro