Señor, que tu gracia los levante
a los fatigados bueyes
que tiran del carro jadeantes
como desterrados reyes
desesperados y errantes
suelta el tiro de tus reses
y acariciándolas con cariño
que en tus aguas abreven
y que pasten con los niños
después de tantos reveses
duro ha sido su camino
y muchas sus jornadas
y su carga tan pesada
a llegado a su destino
y debe de ser descargada
lánzales tu mirada
hazte de ellos su amante
y con tu vista clavada
recíbelos al instante
en tu agradable morada