El cascabel de tu risa
me advierte de tu presencia,
trae un mensaje la brisa
lleno de tu fragancia.
lágriamas de agua bendita
que bautiza tu boca,
lo grande de la naturaleza
es de darte tanta belleza.
Es agua del rocío
que bailoten en las flores,
mostrando su señorío
el canto de ruiseñores.
Déjame oler tu corpiño
nidal de las cosas bellas,
y sentirme como un niño
y alumbrarme con tu estrella.
Quiero tenerte a mi diestra
y tu cariño tener,
déjame tener muy cerca
lo suave de tu sonrrisa,
y de tus labios quiero beber
el néctar que me da la vida
y en tus brazos renacer.
Por: Manuel Palacios