Ebrio sintonizo el marco de la misma nada,
El agrio nudo de mi garganta regurgitaba mi sentimiento.
Torcía el presente.
Y yo
Vomitaba los recuerdos en mi cabeza,
El aire se transformaba en tensa gravedad,
Me dolía asimilar tu ausencia.
Un susurro:
“Ten claro, nunca te olvidare”
Luego,
Dejas el mundo paralizado en una sola dirección.
Marcabas las huellas con un fuego intenso,
Imágenes que fueron capturadas en la distancia,
Encadenadas a kilómetros como un recuerdo