Aquí, todas las sendas nos llevan al desierto.
Ni la esperanza queda, nos queda solo el viaje.
El sol ya no ilumina, de polvo está cubierto.
Los dioses ya no existen, perdimos su mensaje.
Los busco en otra tierra, con un destino incierto.
Mas no hallo la salida, me sigue este paisaje.
Por esas mismas calles, por ese mismo puerto,
Regresan los fantasmas de mi país salvaje.
Siempre los mismos cielos, los mismos campos rasos.
Las mismas cosas pasan, no llega un nuevo día.
Nunca será mañana, solo ayer, solo ocasos.
Aquí, el paraíso se cubre de fracasos.
Los ángeles se abaten sobre esta tierra mía.
Son de nunca sus alas,son de siempre su pasos.