Todos los sobrinos, todos los primos, todos los amigos todos los movimientos políticos, el salón inundado, de gente que no se conocía, pero que lloraban, que organizaban homenajes, yo solo sabía de soledad por mi Soledad. Todos peleaban por acercarse un instante para verte, y tenía la expresión tan dulce, tan bella, que parecía que estabas dormida. Debe ser que el último momentos , viste a Dios y a nuestros padres que salían a tu encuentro o tal vez fue el último regalo que nos dejaste, tú que siempre pensabas en todos, aún despojándote de ti misma, como lo dijiste: “Si corre peligre mi vida, pues no me importa, si con eso puedo cambiar este maldito sistema carcelario que envilece a los más pobres y enriquece a las mafias”; “aún en los más desadaptados delincuentes hay un lado humano que hay que rescatar”.
Y esa fue tu doctrina, ese fue el motivo de tu lucha, por eso te gastaste la vida , procurando a los internos una estadía digan de todo ser humano y lograr la reinserción de ellos dentro de la sociedad luego de su total rehabilitación. Gracias Sole, por el ejemplo que nos dejaste…
A la mañana siguiente, llegó un sacerdote , pidiendo que le permitan celebrar una misa, te conocía dentro de la penitenciaría y en su discurso , habló de ti, como quien habla de una santa. Luego , homenaje, tras homenaje.
Palabras cargadas de sentimientos de recuerdos de luchas en las calles. De recuerdos de personas rehabilitadas socialmente, cantos, flores, me acerqué a Lupita y le dije que hablara para que se desahogue, y ella
Tu hija, hablo de la rehabilitación de los internos, dijo que esa era tu lucha y que ella seguiría tu camino, y claro que lo ha seguido, firmemente, conscientemente. Hubo tanta gente que no había espacio para nada ni para las flores que siguieron llegando, todos hacían fila para despedirse y dejarte su último a adiós. Cuando sacaban el ataúd de la sala , todos los movimientos de izquierda te hicieron calle de honor y cantaron “La internacional comunista. Ese segundo corazón que nació al ritmo de mi tristeza, me oprimía el pecho y lo tenía en la garganta latiendo, latiendo y dejándome sin aire. Le pedí a mi hijo Eduardo que no me deje ni un instante, así lo hizo. Estaba tan deprimente mi estado, que mi hija me rogó que acepte la pastilla para los nervios, , y sin mi permiso me la metieron en la boca. El cortejo avanzaba, con cantos, con consignas, las mismas consignas, que gritamos tantas veces por las calles de la ciudad cuando salíamos a las protestas, y el grito de ¡Rechazo a la Impunidad!!!
Fue como una marcha multitudinaria de miles de personas , avanzamos hasta el Palacio de justicia, para gritar desde afuera a los jueces
Que queríamos justicia. Había resguardo policial hasta llegar al cementerio, donde esperaba un grupo de mariachis que tocaban “La vasija de barro”, estallamos nuevamente en llanto toda la famila, y dado el gentío, solo se permitió entrar a familiaresy amigos más cercanos. Se cantói, se oro; tu hijo cantó “Tengo el corazón contento era la canción que le cantabas a tu nieto. Te dejamos , esa tumba fría, solitaria, y contigo se quedó mi corazón, hermana, Sole, guerrera, valiente, sensible, bella. Bella, bella.
Luego de todo aquello. Ya sabes, los procesos legales, las vigilias, las marchas y romerías, las invesatigaciones, Tus hijos tuvieron que salir de tu casita, por seguridad. Luego de eso ya nada será igual.
Te dejó tu frase que te identifica, y por la cual pasas a la inmortalidad:
“SI COMIENZO A VER EL SUFRIMIENTO DE OTRO SER HUMANO COMO ALGO NORMAL, DEJARÉ DE SER HUMANA”
¡¡¡Hasta la victoria siempre camarada!!!!!!!!!