Allí sobre la colina, expectante, majestuosa
allí se encuentra la centenaria encina.
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No se exactos tus años,
ni que mano te plantó
pero con que mimo lo hizo,
por el lugar que escogió.
.
Cuanto dolor habrás visto
guerras, peste, miseria...
pero también a tu sombra placentera,
mucha gente acudió,
cuantas cosas te confiaron,
cuantos secretos de amor.
.
Tu paisaje lo cambiaron...
Los olivos, tus amigos, alguien los arrancó,
ese paisaje que amabas, ya desapareció.
Allí quedaste tu sola, sin comprender que pasó
solo existen las prisas, ya no hay secretos de amor.
.
Pero no te sientas olvidada
muchos te llevan en su corazón,
son esos viejos labriegos
que al cobijo del calor
gozaban de tu sombra fresca,
cantando canciones de amor.
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Tu follaje entre verde y pardo...
tu humildad y fortaleza...
amiga de caminantes,
tu eres parte de esta tierra.
.
Siempre habrá alguien sin prisa...
alguien que deseará estar a tu vera,
algún que otro enamorado,
que te confiará sus penas
o esos nidos de pájaros,
que con sus trinos te alegran.
.
Nunca te sientas sola...
¡¡tu y yo somos de esta tierra!!
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