Las luces de neón, marcan la entrada a babilón.
El pecado juega con la sangre errante
de la inocencia distante
Tus labios color dolor, me señalan el camino.
Lentamente tu tacón se convierte en mi vicio.
Mi calma es el deseo que no puedo saciar.
Me quema más el fuego que no puedo tocar.
Nada es profano....
Nada es prohibido....
Olvida el tiempo....
Nada en mi vino!
Postrado de rodillas ante ti, saboreo el éxtasis.
Las uñas como cincel, desgarran las líneas de mi piel.
Me arropa el negro de tu terciopelo.
Me embriaga el tinto de tu pelo.
Sangrando, arde tu fuego.
Lentamente,
la sangre se vuelve placer.
Inclemente, tu látigo danza en mi piel
Oh domina
Nada es profano....
Nada es prohibido....
Olvida el tiempo....
Nada en mi vino!