Como palabras sin decir, con sentimientos entrecortados por la soledad
apagada por el miedo y sometida a la esclavitud del deseo de ser libre
te llamo otra vez sin voz, sin gestos, sin miradas, sólo con pensamientos…
Como momentos sin vivir ni ternuras por demostrar
todo queda amargado por la inquietud y el temblequeo
de la esperanza que se va frustrada.
Como angustias clavadas como puñales en cada parte del cuerpo,
en la punta de la lengua han quedado las ganas, el amor y el coraje,
en la punta de la lengua mordí mi juventud.