Le arrebaté el vestido azul repentinamente,
Recorrí sus curvas sin sesar, sin parpadear
La envolví en mis brazos y saboree el placer
De su cuerpo y el sabor de sus labios,
Presurosamente, desabroche el brasier y la ame.
Seguí en la embestida, la bese toda, completamente
Hasta llegar a su ombligo, me detuve un instante,
Un instante eterno admirando su belleza natural
No me reclamó nada, no me dijo nada,
Sólo un profundo suspiro y un susurro que me extasió.
La hice mía, tan mía como siempre debió ser
Ame su escultura, su talle, su cuerpo esbelto
Nos entregamos mutuamente, su olor me agrado
La cama fue testigo de todo, testigo muda de nuestro amor
Mi cuerpo reposó lleno de pasión y éxtasis,
Intercambiamos ese amor sempiterno y único,
Mientras su cuerpo se unía junto al mió, y fuimos uno
Una sola alma, un solo corazón, un solo sentimiento.