Y hoy que estabas tan hermosa,
seductora, que despertaste en mi lujuria,
pensamientos de amor y bendición
y ¿no poderte hablar?
Que te hice para que no me encantes con tu voz,
acaso ¿no te doy suficiente amor?,
tal vez no te dije lo que querias escuchar,
eso me tiene al borde de la locura.
Deambulo por las calles de la ciudad,
buscando en cada rostro tu sonrisa,
todo es inútil, nadie me ve,
sólo tu mirada me mantiene con vida.
La tenue luz del sol intenta no opacar mis días,
pero su esfuerzo es en vano,
en vano me levanto todos los días,
en vano desayuno, me arreglo, me afeito.
me paso todo el largo día pensando,
recordando, intentanto hallar la razón,
la maldita razón de tu distanciamiento,
nada llega a mi, ni Dios me lo quiere decir.
Me duele verte con otros a los que detesto,
que son dados a lo mundano, no apreciandote,
no sabiendote querer, pero aun así estas con ellos.
¿Qué diablos hice? ¿Qué estoy pagando?.
Estas matando el sentimiento que habita en mi,
mis emociones no son las mismas, ahora son
un poco más frias y más inhumanas,
no siento pena, ni dolor por los demás.
Odio y no creo en el amor que predica el cura,
ni la piedad de la que habla sor Juana,
ni en el cariño que dicen tener los amantes
que pasean delante de mis ojos.
Tal vez sea mejor así,
tal vez sea mejor callar, no decirnos nada,
seguir deambulando por la ciudad,
y cuando nuestras miradas se encuentren
se vea reflejado el odio que quedo en nosotros.