Miro tu rostro adornado por las arrugas del tiempo;
Madre amada, que extiendes siempre tus brazos
En los momentos de enfermedad e infortunio
Duermo en tu regazo cansado del continuo batallar
Y me extasío en tu mirada dulce, para entonces llorar;
He venido a entregarte mi canto rebelde, tosco
Y vasto que cabalga indómito por solitarias llanuras,
Para rendirte tributo , por tu libre sacrificio
Me arropa tu voz, me arrulla en mi tristeza
Me incita a renacer, me moldeas para el combate
Cada día cada al despertar
O en las noches hechiceras… tu entrega
Es el alimento de mi vida
Tu me haces soñar los sueños de las mil batallas..
Adornas mi ser con preseas del cielo
Y me vistes con trajes de carmines,
y rosas que perfuman el alma
Y mis pensamientos mundanos
Y al esperar la ruin muerte..
No te diré me voy vieja
Diré… te amo Madre.
Leon Roch.
29/06/85.