¿Viviré mañana? No lo sé decir.
El mundo es un puñal de dagas filosas,
que amenazan con atentar mi vida.
Y yo le pregunto a la vida:
¿Quieres escapar de este fallido cuerpo?
¡Dímelo!
Yo susurraré
al oído de mi voluntad,
que te deje huir,
que te suelte a ese océano
llamado muerte,
al cual no podemos acceder.
No logro entender al río incoagulable,
que han visto zambullir en mi interior.
Dicen que es débil y enfermo,
incapaz de vencer una herida.
Y yo me pregunto…
¿Viviré mañana? No lo sé decir.