Francisco Barreto

ESE ES SU SITIO

 

 

ESE ES SU SITIO

 

Sobre las chimeneas,

en medio de la sala,

en cualquier rincón,

bajo un taburete,

o detrás de la puerta.

 

Allí la puedes encontrar

si, allí,

abandonada a su suerte,

o a sus anchas entre escaparates

y ropa con olor a moho.

 

Allí, al estilo de Serrát

“acechándonos como un ladrón...”

 

En medio las flores,

las que quedaron sin cortar,

entre los comentarios deslenguados

de una camarera traicionada,

bajo el poste sin luz de la esquina

siguiente, donde el astado

regatea la medida de su infamia

a lo Cortéz.

 

En el Ello y en el Súper Yo,

en el reino de las contemplaciones.

En la tierra de las sonrisas de Lehar,

y hasta en un “Roquete” dirigido

hasta el tálamo de la Súper Nova.

En el cuerpo de una carta a Santaclaus

 

En la frase que pude haber dicho,

en la respuesta tardía

y sin remedio.

En la traslúcida mirada

de aquella colegiala hoy abuela.

En la peripecia de un niño de la calle

rutina de su día a día.

Antesala a la noticia amarillenta y trágica,

consecuencia de mi esperma irresponsable.

 

En las cruces del cementerio interno

de la muchacha experta

en vidas abortadas.

En la mentira intencional

cuando me preguntaron por las cosas

que conducían al exilio del éxito.

 

Hasta en la sangre del perro

vagabundo que arrollé

aquél día, abrupta aparición

de mi valiente madurez social

mayordomía estéril

sitibunda madre de mi abigarrada

melancolía.

 

De quién es el sitio?

 

Si, de la CULPA

 

 

Francisco A. Barreto