Con el tacto en tu perfil, yo te saludo
En la inocencia de mis años, yo me sorprendo.
Aunque padezca mis achaques, yo me sublevo.
Desde la aburrida paz de mi llanura, yo te diviso.
Hasta la muerte se aparece entre mis flores,
para jugar sumisa en mi indolente siesta
mientras me envuelven imágenes insolentes
en el descanso infame de la tierra.
No siento amor, ni siento pena,
y a un paso de la luna plena
me cuesta creer en mi sombra,
en mis pasos y en esa oscura silueta.
A mi ignorancia me la llevo,
a mi vejez la espero,
a tus ojos los recuerdo,
mi corazón siempre lo dejo.