Eres la rosa que en el camino,
Encontré solitaria para mí,
En aquella mañana,
Completamente bella y lozana,
Bajo el marco de mi ventana.
Llena de belleza matinal,
De piel suave de terciopelo,
Radiante esplendor y delicadeza
Reflejada en el cristal,
No se si eres ángel bajado del cielo.
Cubres el mar con tus fulgores,
Con tus dulces y deliciosos sabores,
El crepúsculo llenas con tus frescores,
Se escuchan de los pájaros sus rumores,
Por ti crecen bellas todas las flores.
El campo se llena de tus colores,
Donde de alegría rebosan los ruiseñores,
Donde revolotean alrededor de ti ansiosas,
Todas las aves, diciéndote que eres preciosa,
Caen las hojas por tocarte todas ansiosas.
Cae la tarde, lentamente con luces misteriosas,
Y el sol toca con sus luces tus cabellos de oro,
Sobre nosotros sale la aurora portentosa,
Y tu esencia de rosa lo envuelve todo,
Mientras, enamorados me envuelves en tus brazos.
“Ha llegado a mi vida algo solemne, has llegado a mi vida mi princesa amada, mi princesa encantada.”