No se porque tienes que partir,
Porque quieres hacerme infeliz,
Te tienes, de mi vida que ir,
Hoy te iras de aquí.
Dios sabe que tendría que pasar,
Que suerte la mía, te tengo que dejar,
Me lo dijiste, tenías razón,
No queda más que esta renunciación.
Del abrazo frío de la amargura,
He perdido tu inocente mano,
Me has envuelto en álgida tortura,
Siempre fuiste tú mi arcano.
Solo seis meses duro el sonido,
Del amor que hoy he perdido,
Me has arrojado en este abismo,
Que realidad tan terrible, que cataclismo.
No cabe duda que te amé,
De eso estoy seguro lo sé,
Me has señalado este camino,
Porque te fuiste, ya no me quisiste,
Me has dejado en este oscuro abismo.
“Me dejaste de amar, tu frialdad lo evidenció, sin voltear atrás te fuiste, dejándome en el lúgubre silencio.”