Yo no sé como lo sabe, pero lo sabe
OJOS al estrado
Ustedes no tienen costado fiel
Se manejan con abecedarios de contrabando
Son traidores sin vida, porteros aburridos
Despejan la puerta y luego se divorcian de todo
La pareja más desvergonzada de fabulistas
Debería hacharles las lenguas con las que
me averiguan y ME publican en los oídos de un tal “fulano”
Mellizos revoltosos, inspectores de mundos
¿Qué vicio tengo contra ustedes que me transcriben
descaradamente en ridículos brillos cuando LO miro?
-Los OJOS se han disuelto en inaccesible silencio
Se enquistaron en el lomo de otros párpados-
Se rehusaron a prestar(me) declaración.
Reclamaban abogado los infelices
Requisito: no puede ser un tal cualquiera
-Defenderse no es como preparar café, no se trata de
de seleccionar un fósforo al azar en el estómago de
la cajita para prender la cocina-
No da lo mismo entre uno y el otro.
Y ¿Cual es el nombre del servidor?
Es un tal “fulano”.
Punto a parte: con el hecho consumado
El fulano tiene la tabla nutricional en las manos
Y ya lo sabe
Sabe que su soledad es un hijo
Hijo de todos, mío también
Que no puedo demorarla
Que no puedo modelarla
Ni desfigurarla
Pero puedo refugiarla, quererla
Refugiarlo, quererlo…
Y ESTE secreto no es una reserva masticable…
Porque yo no sé qué viene a significar esto que te debo…
Esto que me debo.
Y ya lo sabe
Que yo no sé de nombres…
ni fechas, ni horas, ni números.
Que sospecho de las claridades, y soy de esas que le rehúye
a sus propios animales…
y que mi memoria esta siempre como recién parida
pero me basta con verlo/escucharlo para familiarizarme con el día
con las cosas
con el mundo
conmigo.
¿Que cuál es el crimen en todo esto?
Me descubrieron, me describieron
Este es mi crimen
Acribillar a la verdad de los ojos.