Maldigo, con puño y letra
lo establecido.
Muchas noches destellantes,
metales, ráfagas volátiles
estruendos mezclándose
balbuseando acerca de otredades.
Estoy aquí y ahora,
pero pareciera una aparición de otro planeta.
Predestino, prejuicios
'es la realidad'
tan real como las babosas
que se arrastran en su mierda
cegadas y sin avance.
Tomarán una acuarela
y se combinaran todos en un mismo color,
con un mismo pincel,
en un surrealismo sin sentido
con el color del conformismo.
Hoy quisiera romper todo,
hacer perro muerto a esta realidad infame,
violar lo establecido y beber su sangre.
quemar el bien común (sólo común en los que tienen)
sacrificar a sus dioses, nuevamente
y dejar caer las coronas, los estatus,
la estúpida estadística social,
predestinar la irregularidad,
sembrar márgenes de error.
Acabar con esta chimuchina barata,
decirle a Moro que utopía, ciertamente,
no se encuentra tras la muerte,
como derretir los tiempos,
desvanecer los deseos cumplidos
y las esperanzas rotas.
Y allí, en ese momento
desnudo junto a mi mugre,
calzar al mundo con mi obedencia
dormir la químera del cambio,
sonreír sin saber porqué,
agachar la cabeza
y olvidar el color de mis sueños.
Hacerme perpetuamente grís.
observar desde fuera
con una cólera oculta
...carcajadas,
y aún así no hay sentido.