Cómo me suena mi bosque
con sus pájaros y trinos.
Cómo dibuja su imagen
sobre las aguas del río.
Los chopos duermen su siesta
y el viento hurga en los nidos
con los dedos de la brisa
en busca de ecos perdidos.
El silencio se “empijama”
de palabras desvestido
y se amortaja en la cama
sin su lengua y sus oídos.
En esta paz de la tarde,
que brota desde lo íntimo,
yo me acomodo en mi banco
y miro hacia el infinito,
lo que empieza y lo que acaba,
lo que se va y nunca vino
-fotografías y flashes-
que los disparo y escribo.
No es una tarde cualquiera
los momentos de ahora mismo,
son vernales primaveras,
que brotan como los lirios,
aislados en su distancia,
pero bellos en su sitio.
El viento se despereza,
el polen busca pistilos…
y este poema termina
como empezó…. En mi río.
(RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS DEL AUTOR)