Desperte y abri muy grandes mis ojos, con un lagrimeó ocasionado por un pequeño rayo de luz que paso por mi rostro. Ahí me encontraba viendo la luz del día y me dieron unas ganas inmensas de sonreir y buscar nuevas formas para poder hacerlo.
Me levante muy aprisa, me puse aquella misma ropa del día anterior, pase el peine sobre mi cabello dándole nueva forma pensando así que mi sonrisa sería distinta.
Sali y sentí la brisa suave y fría como la de cada mañana, brisa que acariciaba mi piel, y ¡si! Ahí estaba mi sonrisa, y era tan pero tan distinta a la de los días anteriores, ya que esta ves no me levante pensando en lo mal que me hace sentir no tenerte.
Sentir como pasa el tiempo y como sopla el viento, que aveces pasa dando caricias suaves y tenues y aveces tan fuertes y devastantes que termina con todo lo que a su paso ve, y quisiera ser yo a la que encontrara y se llevara asi tu rostro de mi mente. Pero nada de eso es posible.
Y segui caminando, y de un de repente me detuve frente a un gran jardín lleno de lindas flores todas ellas de distintos colores, ermosas a su forma que no perdi tiempo para envolverme en ellas, sintiendo asi el viento y el rose de sus suaves petalos, ese olor a perfume único que me endulzaba la vida.
Y apareció otra sonrisa, tan pero tan distinta, pues esta ves no me lavante sintiendo ese aroma tullo, y eso ya era gran ganancia, pues logre engañar mi sentido del olfato que no dejaba de preguntar por ti.
Hoy me eh dado cuenta que mi nueva forma de sonreír es no tenerte, pues el que tu no estés significa tanto, y quizá tu adiós no sea definitivo y esta sonrisa volverá a ser la misma sonrisa monótona que solía dar cuando tu conmigo estabas…